Orgullo local, en camino a a ser global. Tendencia de consumo 2020
En un mundo cada días más interconectado, donde tenemos acceso a todas las marcas, productos y diseños por medio de un clic, volver a lo nuestro, a lo propio se convierte en el principal auge de nuestra época, ese valor agregado que todos deseamos.
Actualmente la identidad local ha tomado un papel muy relevante en la cultura de consumo y producción alrededor de todo el mundo. Si bien se esperaba que con la globalización, la cultura se volviera homogénea, el tiempo ha demostrado que la cultura local sigue en crecimiento para tornarse global. Despertando en nosotros la conciencia social y ambiental del origen de los productos como sentido ético de consumo.
Crecimos en un mundo donde siempre miramos hacia afuera; creyendo que allí estaba lo mejor; se vivía mejor, se comía mejor y se compraba mejor. Nunca pensamos que lo nuestro fuera suficiente o siquiera valioso, pero en tan solo algunos años hemos tenido el reto de cambiar pensamientos y estigmas tan arraigados a nuestras culturas y acercarnos cada día más a nuestras raíces locales y a un consumo muchos más consciente y personalizado, dando valor a diseñadores y marcas locales con propuestas disruptivas, y conceptos innovadores, elevando el valor de la etiqueta local, en una búsqueda constante de una identidad propia que estaba en el olvido.
En una búsqueda constante por la autenticidad, nos enfocamos en la personalización de los productos, cercanía y experiencias de compra, convirtiéndose en las tendencias de consumo más potentes del 2020. Sabemos que lo cercano está de moda, generando una de las etiquetas, en los productos o servicios, más valiosas en el mercado actual, donde los consumidores valoran los beneficios intangibles, estando más que dispuestos a pagar por productos y experiencias con las cuales se sientan identificados. La gente apoya los pequeños negocios porque sienten que están apoyando al tejido industrial local, a su gente, sus raíces, su folclor y sus costumbres, además de recibir un trato más centrado en el consumidor y una experiencia más personalizada, donde las personas no se adaptan a las industrias o a los productos como tal, sino que estos son adaptados a los gustos y preferencias locales de los individuos.
Vivimos en países con una diversidad cultural única, con técnicas de producción, materiales y talentos sin precedentes, es aquí nuestro reto lograr rescatar todas estas costumbres, raíces y técnicas, resignificando nuestro pasado y creando piezas desde nuestra propia identidad, con un enfoque local pero con una mirada global, no solo conquistando el mercado internacional con nuestro folclor, como lo venimos haciendo, sino donde también le damos el valor necesario a lo nuestro.
Comprar local y apoyar a las industrias propias, no solo generan un impacto medio ambiental y social positivo, brindando empleo y crecimiento económico de un país, sino también darnos la oportunidad de conocer un abanico de posibilidades para un consumo más innovador y creativo, donde las propuestas de diseño no abarcan límites ni estándares, y la creatividad se apropia de nuestros contextos para dar respuestas mucho más específicas a nuestros deseos y necesidades que inciten al fortalecimiento de la idiosincrasia, creando un sentimiento de apropiación e identificación. Darnos la oportunidad de conocer, y ser parte de este movimiento, no lleva a crear conciencia y valor sobre lo nuestro, lo propio, porque si no amamos lo nuestro ¿Quién lo va a hacer?
Sofía Marín Martínez
Fashion Stylist & Special project manager at M Ä H A & M O R E N A